Adjunto un petit text que es publicarà a la secció Plaza pública de la revista Ae, de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica, al nº 24. Una pataleta de les meves. La versió original era el doble de llarga i bastant més canyera però, pel tema de l'espai, em van demanar retalllar-la.
Ecocansancio
Tranquilos, no me voy a quejar
de la dureza del trabajo agrícola. Me cansan más otras cosas. Por ejemplo, los
informes sobre la facturación de la AE en que nadie habla de los costes
ambientales. ¿Cuántas toneladas de CO2 se han emitido en cultivo y
transporte? Y además, ¿qué importa si ha
aumentado el dinero si no se lo han llevado los pequeños agricultores?
También me cansan las jornadas
destinadas a decirnos los unos a los otros lo buenos que somos y lo malos que
son los de Monsanto y Syngenta, que nos roban las semillas y nos envenenan. Eso
ya lo sabemos todos. Más: la macroagricultura ecológica me resulta cansina; los
miles de ecoinsumos que también esclavizan al agricultor, otro tanto; y las
cumbres del clima que sólo sirven para decidir cuándo será la próxima cumbre
del clima, ni os cuento. Me cansan las ecoexpresiones de moda: agroecología, soberanía alimentaria, sostenibilidad.
Y, ¿qué me decís de resiliencia? ¡Ahora
todo es resiliente!
Sobre todo, me cansa oír siempre
la misma cantinela. ¡Claro que la AE puede cambiar el mundo! Pero lo hará desde
la evolución en la consciencia colectiva, el cambio de modelo económico, la
solidaridad, el empoderamiento de las campesinas y campesinos, la educación. No
se cambiará nada desde los despachos de los políticos, ni en las universidades.
El cambio será con las manos en la tierra, de eso estoy seguro. Pero no
cambiaremos la agricultura sin cambiar el mundo.
No penséis que mi texto quiere
criticar a nada ni a nadie. Lo que me ocurre es que a veces echo de menos que
hablemos más sobre las cosas que creo realmente importantes. Técnicas para la
regeneración de la tierra, y el ahorro de agua, energía y emisiones en el
campo, por ejemplo. O algo tan sencillo como la manera de hacer un mango para la
azada. Y eso, al final, parece secundario. Mi vida no va a ser mejor si hay una
reunión de políticos en Waikiki hablando sobre AE o si las macrocifras de ventas
suben o bajan. ¡Pero puede ser mejor con un buen mango de azada!