martes, 27 de mayo de 2014

salvem les abelles

Serge Bellele deia: "Home, Abella i Terra estan tant units que la debilitat d'un implica el declivi dels altres. No es guarirà l'abella sense guarir la Terra. No es guarirà la Terra sense la presència de les abelles. No es guarirà l'abella ni la Terra sense guarir l'home del materialisme". De vegades em sembla mentida que la Humanitat no s'estigui adonant, en el seu conjunt, del perill que corre si continua aquest despropòsit de matar abelles. 

Recordo un article de Jean-Michel Florin, un altre biodinàmic, que deia que abella, vaca i cuc de terra són indicadors de la salut del paisatge agrícola en el seu conjunt. Totes tres espècies tenen una funció fonamental per a la vida: la primera per la seva importància a la pol·linització; les altres dues, processant la matèria orgànica per a donar fertilitat a la terra.

Rudolf Steiner deia que "hi ha quelcom a l'abella que s'assembla a l'home". Jo no ho veig, a mi em semblen molt més maques elles...


Us adjunto l'enllaç d'una campanya de GREENPEACE per a protegir les abelles:
http://www.greenpeace.org/espana/es/Trabajamos-en/Transgenicos/Abejas/

Salvemos a las abejas
La polinización de las flores es vital para nuestra alimentación y para la biodiversidad, pero las abejas, unas de las principales encargadas de esta misión, están desapareciendo. Entre otros factores, mueren por la agricultura industrial y su uso de plaguicidas tóxicos. Es urgente, por lo tanto, cambiar el modelo de la agricultura industrial por una agricultura ecológica.

#SOSabejas
Las abejas son mucho más importantes de lo que pensamos. La producción de alimentos a nivel mundial y la biodiversidad terrestre dependen en gran medida de la polinización, un proceso natural que permite que se fecunden las plantas y den así frutos y semillas. Las abejas, y otros insectos como mariposas y abejorros, son los responsables de este proceso y, sin embargo, sus poblaciones están disminuyendo a pasos de gigante.
Varios son los factores que amenazan a los polinizadores: la pérdida de hábitats; las prácticas de la agricultura industrializada, como los monocultivos (menor disponibilidad y diversidad de alimento para estos insectos); el uso de plaguicidas; parásitos y enfermedades; especies vegetales y animales invasoras; y los impactos del cambio climático. Se ha calculado que el valor económico de la labor de polinización de las abejas podría estar en torno a los 265.000 millones de euros anuales en todo el mundo. Así pues, incluso desde un punto de vista puramente económico, merece la pena proteger a las abejas.

Las cifras del problema que sufren los polinizadores son contundentes. El informe “El declive de las abejas”  advierte que las poblaciones de abejas disminuyeron un 50% en las dos últimas décadas. Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés) ha mostrado en el informe “UNEP Emerging Issues”  que el declive de las abejas está ocurriendo en todo el mundo y que el resto de polinizadores están en la misma situación. De hecho, las recientes restricciones en la UE a cuatro insecticidas se basan en recientes evidencias científicas que confirman la nocividad de estos productos para las abejas. Además, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) ha expresado sus preocupaciones respecto a dos plaguicidas neonicotinoides, puesto que podrían afectar también el desarrollo del sistema nervioso de los seres humanos.

"la mel és llum cristal·litzada" (Steiner)

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